Resumo: Artigo 35920
Qué tan revolucionaria es la sociedad de la información (7,8,12,61,69)
Jorge Rasner, Universidad de la República, Uruguay.
Apresentação: Friday, May 30, 2008 3:45PM - 5:45PM sala 210 - UNIRIO VII ESOCITE - Sessão 8 - Chair: Germán Sánchez
Abstract.
Algunos autores han decidido denominar a nuestra época sociedad de la información, posindustrial, de flujos, red, etc. Las denominaciones nunca triviales ni inocentes- sugieren características fundamentales que apuntan a diferenciarla de la organización social, política y económica que imperó a lo largo del siglo 19 y buena parte del 20, período en el cual cobra verdadero auge la revolución industrial, y donde se constata un predominio básicamente en los países centrales- de un modo de producción industrial basado en la manufactura estandarizada. La producción será colocada en forma de mercancía a lo largo y ancho del mundo en el contexto de una división internacional del trabajo en el que unos pocos países centrales producen industrialmente y el resto periféricos o subdesarrollados- oficia como mercado de consumo de esas manufacturas y fundamentalmente como proveedor de materias primas. Sostienen estos autores que la nueva era subvierte o estaría en condiciones de subvertir- este esquema, y, por tanto, cabe preguntarse cuáles son y si efectivamente se perciben estas características distintivas que tornarían a la nuestra una sociedad informacional, distinta a la industrial. ¿En qué sectores de la producción industrial, comercial, de servicios, científico-tecnológico- es posible detectar cambios de magnitud suficiente que permitirían hablar de una revolución? Se sostiene, asimismo, que la información su manejo, utilización y disposición en el esquema productivo- asume hoy una relevancia distinta a la tradicional del período industrial o aun de cualquier período que se considere, al menos desde el comienzo de la modernidad a nuestros días. Se hace necesario, entonces, examinar aquellos emergentes que presuntamente hacen peculiar a nuestra sociedad presencia masiva de los medios, irrupción del ciberespacio y su cibercultura, incesante innovación de las tecnologías de la información y comunicación-, dado que bajo los auspicios de estos elementos que definen la era de la información algunos autores proyectan, eventualmente, un futuro de desarrollo para sociedades como las latinoamericanas que, en su gran mayoría, habiendo perdido el tren de la industrialización clásica y ante el rezago educativo, científico y tecnológico que evidencian sus pocas y muy mal pertrechadas estructuras de I+D, podrían por ese medio acortar distancias y cerrar brechas a través de un uso inteligente y creativo de la información disponible aplicada a los diferentes ámbitos de la cadena productiva, pero fundamentalmente en lo que atañe al sector servicios, dado que los rubros industriales y manufactureros clásicos parecen haberse afincado y de manera irreversible al menos en el corto y mediano plazo- en el este asiático. No es menor el desafío, máxime cuando algunos países como el Uruguay y otros de Latinoamérica- basan su estrategia desarrollista en refuerzos educativos y productivos que cimientan ese desarrollo futuro en un entrenamiento digital desde las más tempranas etapas de escolarización para romper con un destino de meros productores de materias primas con poco o nulo valor agregado y capacitar para una nueva inserción laboral básicamente innovadora- a sus ciudadanos en áreas de I+D, áreas que en la era industrial han estado controladas tradicional y estratégicamente por los países centrales y las casas matrices de las empresas multinacionales.